jueves, 27 de octubre de 2011

Máximo Severo.




A raiz del comunicado de tres encapuchados que decían pertenecer a Eta, se han desatado en España al menos dos olas de opinión tan paralelas que, como siempre que ocurre algo importante, corremos todos el riesgo de no encontrarnos jamás.

No se puede negar la repulsa que ocasionaron en toda la sociedad los alevosos crímenes de la banda terrorista que unilateralmente decició matar para conseguir sus fines. Ni el daño irreparable que han ocasionado; a las víctimas, a la imagen de España y a su economía. Pretenden ahora con el anuncio de abandonar su lucha armada perdonándonos la vida, estoquear al Estado Español en donde más pueda doler; en su respeto y honor. Teniendo en cuenta que ningún gobierno ha conseguido explicar convincentemente fuera de nuestras fronteras que en España nunca existió lucha armada, sino puro terrorismo, es el momento en que, donde corresponda, converjan las fuerzas políticas para llegar a acuerdos de máximos: qué es aquello que como máximo podemos concederles sin menoscabo de las leyes vigentes que articulan el respeto que todos nos debemos.

Para combatir el terrorismo etarra, el Estado en uso de su potestad se ha regalado unos intrumentos que fueron muy útiles a aquel fin. La Ley de Partidos fue clave, así como la supresión de beneficios penitenciarios. Es en esta línea, aceptando de buena fe que ya no existe terrorismo, la única a mi juicio en donde se debe actuar. Restablecer los beneficios penitenciarios que la Ley permita. El acercamiento de los presos no supone, a mi juicio, ningún problema ya que en la sentencia, imagino, no figura la pena de destierro. Y si figurase, solamente se puede aplicar a los excarcelados, nunca a los encarcelados que están cumpliendo pena y destierro de la sociedad.

Desde siempre los estados han tenido miedo de sus administrados y por ello intentan ocultarles sus acciones. Signo de mala conciencia. Para que todos conservemos la dignidad que nos merecemos, deberíamos saber al menos que se ha pactado y, en uso de esa democracia participativa que reclamamos a menudo, exigir su publicidad.

http://josearomeropseguin.blogspot.com/2011/10/cronologia-de-la-infamia.html

Orense a tantos de tantos.

sábado, 1 de octubre de 2011

¿Vivimos, los blogueros, para contarla?


Ahí os dejo un resumen, mal editado, de los mejores momentos del peregrinaje.
Un hombre, un motivo; cada cual tendrá el suyo para dejar la comodidad de su covacha y empequeñecerse por los polvorientos caminos. Todos son respetables.

Tal vez con más tiempo y otras ganas os cuente algún día los míos.

Aquí os dejo otra breve crónica fotográfica.