sábado, 31 de diciembre de 2011
La Justicia es igual para todos.
Uno, "en su insignificancia bloguera", se acoge al derecho que le asiste de juzgar lo que otros, con más mérito, han dicho o publicado. Y resulta curioso observar cómo una cosa, impensadamente, puede ser igual a otra aún siendo contraria. Así, cuando Nuestra Majestad anuncia, desde el palacio al pueblo, que la ley es igual para todos, una lágrima de orgullo y asentimiento brota de las humildes cuentas del pueblo llano.
Pasado el tierno momento y acogiéndose el ciudadano a la fea costumbre de ejercer su derecho a la libertad de leer cualquier panfleto que caiga en sus manos, al día siguiente encuentra una declaración de ese comunista que al parecer ha renunciado a algunos de sus derechos laborales y que viaja en moto, afirmando, que de ser la justicia igual para todos, algún pájaro de manos largas, seguramente por la práctica del ejercicio deportivo, debería haber sido imputado. La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero. Y uno, buscándola, no quiere ni por un momento llevarle la contraria a nuestra majestad y por ello ha esperado al día de hoy en que, finalmente, la justicia ha imputado al ave arriba aludida, cerrándose así el círculo de la verdad; la justicia es igual de lenta para todos, Sr. Cayo.
Feliz año a todos.
Orense a tantos de tantos.
jueves, 15 de diciembre de 2011
Segundas partes nunca fueron buenas. Esta tampoco.
Ay, Pepiño (2).
Pepiño, desde los Hades
Pesaroso manifiesto
Mi dolor y mi repulsa
Por aqueste dolor vuestro,
Que os ha de producir,
Tan seguro que soy muerto,
El que vos dediquen todos
Toda clase de denuestos.
Que se diga por doquier
Que habéis dejado en suspenso
El 5º curso de estudios
De lo que llamáis la ESO;
Que habéis robado a espuertas
Que habéis mentido en exceso
Y para matar mosquitos
Habéis movido el ejército.
Comprendo Pepiño Blanco,
Como me llaman Dospechos,
La vuestra ira y enojo
Conociendo algunos fechos
Acaecidos no ha mucho
En esta España en barbecho.
A saber, tres de doscientos:
Un presidente que dice
Mirándonos el careto
“creedme españoles todos
Armas químicas detecto
En los países de Alá,
Creedme como dios vuestro.”
Y otro en lejano tiempo
Dejó escrito e impreso
Un slogan sibilino
Que todos hicimos nuestro:
Otan de entrada que no
Y en la Otan dimos presto.
Y hubo otro que mintió
Para ablandar nuestro miedo
Sobre la cosa económica
Que era un fecho manifiesto.
Hubo muchos que robaron
Millones de buenos euros,
Todos se van de rositas
Llevándose pa los nietos,
Pero tenían carrera
Y robaban con gracejo.
Y con permiso del jefe
Que era todo un parapeto.
Mas has de saber Pepiño
Que no te exculpo por ello
Si robaste eres robón ..
A penar y a devolvello!
Mi pesar no es disculpa
Sino fuera porque veo
Que por tu falta de estudios
Te estoquean a degüello.
Me quedaré de momento,
A la espera de más sebo,
Con las palabras de un sabio
Que un día fue gran Pepero,
Quien afirma en su tribuna
A quien quiera entendello
Que fuiste el mejor ministro
Que tuvo nunca un gallego.
Por lo demás, nada más,
a pencar y a resolvello.
(D. Ramiro de Dospechos, uno izquierdo otro derecho)
lunes, 5 de diciembre de 2011
Ay pepiño, Sí, ay Pepiño non....ay Pepiño por dios non te vaias....quédate con NOOs..
Temo, Pepiño, que en un descuido, sin ojo se quede el niño
Tú también Pepiño de mi vida
Has mirado goloso a la peseta
Y no digo de miradas indiscretas
Mas bien hablo de miradas de lascivia.
No sé bien si por primo o por guindilla
Has picado y te embolsaste mucha tela
Esperemos la sentencia que te espera
Confíemos en tu tímida hombría.
Si algún primo te la juega algún día
Primo eres del ladrón de chancleta
Que naciste en Palas, la discreta
Y en Palas no se afana así la guita.
Fuiste luz, fuiste faro y fuiste guía
Y el terror de los ladrones de etiqueta
Cual cantante te volviste la chaqueta
Y ahora te persigue la justicia.
Ciega es y desagradecida
Perseguir a quien le dio tanto trabajo!
Haces mal en mandarnos al carajo
No es culpable quien a buen árbol se arrima.
Proclamaste con orgullo que te piras
Y al hacerlo te conviertes en gazapo
A quien los perros ladrarán con mucha inquina
Mientras huyes y te escondes monte abajo.
Ay Pepiño, que me has abandonado
Te tenía en un altar con cinco velas
Y ahora se apagaron tres de ellas
Tintilean otras dos casi sin cabo.
Te traté , tu bien lo sabes, como hermano
Confíe en tu honradez a toda prueba
Defendí lo indefendible a toda vela
Y me pagas con la duda bajo mano.
De resultas del embite quedo manco
Por ti puse en el fuego la siniestra
Reservando para mí la mano diestra
Aquella con que gano el garbanzo.
Si resultas inocente a corto plazo
Prometo descorchar una botella
degustarla sorbo a sorbo toda ella
sin cristal, vaciándola en un CAZO.
(..continuará..)
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